La uruguaya – Pedro Mairal

Publicado con grandes logros en Argentina en 2016, El uruguayo ha verificado a Mairal entre los prácticamente todos los narradores destacados de la literatura argentina moderna.

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La nueva novela de Mairal trata sobre un hombre que, en sus 40 años, se da cuenta de que la vida es difícil. Criar a un hijo es difícil, lograr un matrimonio adelante es difícil, cargar el tanque del automóvil es difícil, pagar el trabajo social es difícil, ser fiel es difícil, llevarse bien con tu esposa es difícil y ganar dinero con algo de la cultura aparentemente también es difícil. El peso de la vida se desliza sobre sus hombros, como una roca que lo empuja al fondo del mar. Esas instancias poéticas en la vida de los hombres que no saben ser hombres. La construcción de la mujer siempre fue un problema; La mujer no nace, se hace como un mandato inexorable, pero podría comenzar a ser sujeto de los hombres. Aparentemente, el hombre tampoco nace y, por lo que veo, en la vulgaridad de la vida cotidiana exhibida como una obra de arte en las redes, tampoco se haría. En ese sentido, el mérito de Mairal sería tomar un cierto tiempo en el que los hombres están en crisis con su masculinidad, y manifestarlo siendo simple y estúpido o, como se dicen a sí mismos, «enviando una mierda».
En lo que se refiere formalmente a la trama, no hay más en esta novela que tenga lugar en un solo día y se narre en formato de confesión. Una larga carta donde la autocompasión se cierne sobre cualquier otro sentimiento o forma de vincularse con el otro. Esa otra, que es mujer, no existe. Debes escuchar el largo soliloquio de la justificación pasivamente. No en vano, al final del día, el problema del matrimonio de Mairal es que su esposa es lesbiana. Sutileza que dicen …
Tomando un poco del modelo estadounidense, pero dejando de lado el talento del hombre exhausto en la crisis de los años cuarenta, «La Uruguaya» construye un protagonista masculino que puede generar empatía, en tanto y en cuanto uno está satisfecho de que la vida es esa. Agota a los jóvenes con débiles, dale un hijo a un débil, mantén a los débiles económicamente y luego haz el trabajo sucio por los débiles. El trabajo sucio ya está renunciando.
Franzen, Roth, Cheever, Updike, Chabon. Todos recurrieron a este tipo de hombres. Hombres que engañan, hombres que se sienten incomprendidos, hombres que no se sienten valorados, hombres que creen que fueron para otra cosa, hombres que extrañan su juventud. Pero la complejidad de la literatura estadounidense, la calidad con la que se describe la vida y la forma de pensar de los personajes y el subtexto salva el desastre. Detrás de la novela estadounidense, existe la ambición de marcar la corte para la sociedad, no para la crítica literaria y los amigos. Hay hambre de trabajos de construcción, porque también hay un mercado. Pero también hay algo más: un inmejorable sentido del humor. Para reírte de los demás, debes tener el coraje de reírte primero de ti mismo.

La novela de Mairal navega en estas áreas. Las áreas donde lo simbólico es implacablemente derrotado por el material. Donde el peso de la cultura no es más que el peso de una pluma, y ​​el peso del material es lo que hace que la vida cotidiana sea laica. Donde lo trascendente y relevante de la vida es tener que pagar por la comida de sus hijos. Todo lo demás no importa, todo lo demás no está justificado, todo lo demás no importa. En la vida adulta no hay espacio para el romanticismo y tampoco, hay que decirlo, no hay espacio para los débiles.
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«La Uruguaya»

El uruguayo parece un discurso «stand-up» con mucha cultura general. Al principio su narrativa confesional y exclusiva mezclando lunfardo y un tono coloquial fue muy interesante en mi opinión. Por otro lado, a medida que pasaban las páginas, constantemente revelaba un libro que prácticamente no tenía nada más que darme que eso. Porque la simplicidad en la historia choca negativamente con la identidad de la historia del autor, baja con hechos aislados y mal fundados entrelazados en miles de frases rimbombantes. Y, para empeorar las cosas, pronto ese tono jocoso, que luchó sin duda para no dar una pista de su intelectualidad en un enfoque excesivo, se transformó en un intento desesperado de parecer ingenioso y «genial», cualquier cosa que abordara directamente la naturalidad. de ficción Páginas web y más páginas llenas de bromas y juegos de palabras pasados ​​de moda que estaban perdiendo su propia gracia como resultado del período que pasaron leyendo, a través de diálogos artificiales y oraciones que murieron en un silencio arreglado para una risa que en ningún caso vendría . A su vez, las escenas sexuales en La Uruguaya habían sido desagradables y falsas, empañadas con absurdos intentos de adaptarse a un erotismo clandestino que tenía un pequeño atractivo. La vulgaridad ciertamente no es algo que me repele especialmente, siempre y cuando realmente sea bien tratado, sin embargo, lamentablemente, este no fue el caso.
Con respecto al protagonista, ciertamente no hay mucho que ahorrar sobre este lado. Su desempeño no me generó un poco de simpatía, no también interés, y definitivamente no es que me corte mal, pero, tal vez contradictoriamente, puedo decir que tomo las cosas con éxito, y varias, por la experiencia de haberlo leído (como será con el caso de un William Kohler). Cero. Lucas Pereyra es un personaje, en mi opinión, mal logrado. Vacío, tonto y subdesarrollado, con un fondo difuso que impide que el lector descubra qué lo motiva a hacer ciertas cosas. ¿Un hombre adulto con la crisis de la mediana edad que decide acostarse con mujeres a espaldas de su esposa para evitar la rutina y el nivel de conciencia de su día a día? Así comienza la aventura en el libro, y que esto tenga una base razonable. Sin embargo, en breve las actitudes del protagonista dan un salto escalar temprano y se llevan a cabo sin parar hasta lograr puntos algo inverosímiles. Lucas Pereyra es un personaje pequeño y desagradable, tenue y estúpido, tan intolerable que al leerlo posiblemente no podría salir de mis pensamientos aquellos hombres que también dicen algo gracioso y no dejan de duplicarlo porque no pueden creer en otra cosa y no lo hacen. desean permanecer como enfermos mentales antes de las personas cuya cara afecta tanto para fingir que se ríen, sin embargo, son demasiado corteses para decirlo.
Debido a las fortalezas que puedo señalar, independientemente de la molestia, esto se volvió muy entretenido y muchas partes alcanzan niveles bastante discutidores y alentadores. Me encantó el final, aunque consideramos que el mensaje es bastante extraño y tengo que considerarlo con más cuidado.
Sé que esto simplemente no es lo mejor de Mairal, por lo que sin duda volveré al escritor. Sin embargo, este primer despojo en su literatura me queda un poco de sabor [/show_more]

De hecho, fui al Kaleidoscope para el mediodía, una de mis librerías favoritas, y también la adquirí. Empecé a buscarlo minutos después por el camino del tren. Llevé eso de vuelta a la granja farmville, en el camino de un extremo a otro en la línea M. No lo tenía mientras estaba cenando. Yo fabricaba café. Después de la medianoche, en realidad lo terminé.
No conseguí leer una historia por bastante tiempo. Una de las virtudes de este tipo de uruguayos es que: eso se lee rápidamente, eso realmente no decae. Definitivamente es imposible no sentirse realmente descubierto si, como es definitivamente mi caso, tiene 40 años, es padre de niños pequeños y alguna vez ha deseado una existencia bohemia y ahora pagará las consecuencias en el tipo de facturas de servicio. br /> Toda la novela tiene una larga publicación en el blog, una buena anécdota. Si bien tienes que pasar por esto como pura ficción, realmente es imposible para mí personalmente no separar esto de esta literatura del yo que estará tan de moda recientemente. Especialmente con esas dos pequeñas palabras al final.
Extremadamente divertido a veces, aunque debo admitir que el giro dramático del final se volvió relativamente predecible.
Puse cuatro estrellas por lo que disfrutamos al leerlo. Estaba muy emocionado, esperaba un nuevo libro de mi escritor argentino favorito personal, no es que seamos expertos en escritores argentinos, pero Mairal es el que más nos gusta, pero en mi experiencia parece que «El uruguayo» No es realmente hasta dos funciones anteriores grandes como «El año del desierto» y «Salvatierra», que tienen ideas muy buenas y originales de la historia.
Pero habrá 4 rayas como cinco podrían ir, porque esto no tiene grietas o momentos flacos. Por lo general, es muy caprichoso que todos nosotros perdamos las cosas puntuantes. Entiendo por qué hago esto o por qué creo cosas como esta en redes interpersonales. [/show_more]

Arrepentido por el autorreferencial, sin embargo, Lucas me recordó a un doctor en filosofía neurótica y años cuarenta que también, después de haber pasado su juventud encerrado en bibliotecas, sale a buscar estudiantes como quién crea y termina volviéndose más pesado que un flan combinado de naturaleza muerta. .
Pobre protagonista, pobre, qué vida difícil de movilidad social descendente tienes, tu esposa te mantiene ya que no eres capaz de hacer un esfuerzo mínimo (se llama salir a trabajar), tu hijo parece un obstáculo y observas tu masculinidad magullada por problemas masculinos de color blanco. Sobre Mairal No lo conozco. Podría volver a leerlo para descubrir qué otra historia propone. [/show_more]